Fuimos peces y después fuimos dinosaurios. Fuimos monos, hombres, Planetas. Sangre, sexo, cielo. Libros que no leímo...

martes, 28 de junio de 2011

¡Matemos a Sócrates!

Después de congelarme en el mundo real, no me queda otra que buscar calor en el Infierno.
El Demonio de la Perversidad me da la mano y salto con él al abismo. Ahí me encuentro con mis semejantes. El club de los que sobran. Mientras unos se juntan por atracción, nosotros lo hacemos por repulsión, la venganza es lo que nos une. Buscamos la última sensación pero nada nos basta. Its never enough. Hemos perdido y queremos extender la penumbra hasta el infinito, perdernos en la nada contemplando amaneceres al revés.
Tánatos me mira a los ojos a través de sus pupilas dilatadas, “siempre nos queda la noche”, me dice al oído. Entonces doy ese paso en falso y atravieso el espejo. Ahora soy invisible, ningún reloj podrá tocarme.
"¡Bienvenida al horfanato de reflejos!", me dice riendo, entonces sé que no hay más lucha: hemos renunciado al color, le damos la espalda al Día y declaramos la guerra al Tiempo. Es una huelga contra Dios, una rebelión contra el Destino.
Mientras ellos levantan un templo a las Sombras, yo beso a Tom Baxter. Afuera Gil Shepherd se puede ir a Jhonsosn s Island en primera clase. Nosotros nos quedamos en las cavernas platónicas, donde huir es la única ley. No necesitamos de la Verdad ni de la Luz. Preferimos flotar en un barco translúcido que recorre la vacuidad sin dejar huella. Nada puede interrumpir su viaje. No hay icebergs de realidad que atenten contra una mentira tan jonky.
¡Que nadie se atreva a prender la luz!; el que lo haga, será asesinado…

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