Ahora vivo en el tercer piso
de un edificio ubicado en el corazón de Chollywood. Sin embargo, es otro lugar
de paso. Hace tiempo que estoy de paso, que el paréntesis no quiere cerrarse.
Soy un fantasma. Pensar que afuera se gradúan de licenciados, se casan, tienen
reuniones, trabajan como hormiguitas para construir el sagrado patrimonio. Yo
estoy fuera de juego, mirando la gente pasar, lavando platos,
esperando para trasladarme a la siguiente estación fantasma. Al menos ahora ya
me he bajado del barco ebrio. Aquí, desde el tercer piso, escucho un ruido todo
el tiempo. No es el mar: es la ciudad. Trailers, buses, autos, vendedores
ambulantes, chapas, niños. El ruido es tan intenso que no me deja escuchar mis
propios pensamientos; así, cuando estoy teniendo una idea ,
escucho el pito de un camión y todo se va a la mierda. Toca prender la tele o poner
música para tapar el ruido blanco: basura para tapar la basura.
Pensé que podría dedicarme a
vivir, como dice ella, es decir, centrarse, conseguir trabajo, ganar dinero,
hacer compras en el súper, dormir temprano, comer algo más que no sea atún o
arroz hecho bolas o shawarma o empanada chilena o almuerzos de a dólar. No
estar chuchaqui la mayor parte de la semana, no
pasarse embobada del zapping día y noche ( ¡Santo zapping! Nada que tú no puedas
curar)…
A esta hora los vecinos
empiezan a follar, deben ser otros desempleados para estar tirando un lunes a
las 11 de la mañana. La cama cruje al ritmo de sus movimientos, in creccendo. ¿En qué posición estarán? ¿él encima de ella? ¿ en 4?...
¿Serán viejos? , ¿ o dos adolescentes escondidos?, tal vez primos. O
dos hombres, o dos mujeres, o un trío... ¿habrá amor? , ¿se vino ella?, ¿terminó él?, ¿pensaba en otra? , ¿ella pensaba en
otro?, ¿lo tendrá grande?...
Es asqueroso pensar que el sexo es una costumbre que tiene por objetivo secreto crear un nuevo ser humano anodino que no hará más que evadirse con polvos tristes para crear otro individuo triste. Y bla bla bla. Círculo vicioso. Cadena perpetua.
Mejor dejo de pensar en esos manes y me voy a bañar. Pero me da pereza , sobretodo porque es
ducha eléctrica. En Memphis era un placer bañarse, la ducha era una especie de Caverna de Platón en la que no pasaba el tiempo y el calor te protegía de todo. Aquí es diferente, es una tortura por la que hay que pasar si se quiere mantener un mínimo de higiene. Toca hacerse al dolor y dejar que dos míseros chorros te
cubran la espalda... pero te acostumbras, al fin y al cabo “a todo se
acostumbra el hombre, menos a no comer”.
No tengo dinero ni recursos ni esperanzas, y no soy la mujer más feliz del mundo, aunque por lo menos, "amor" no me
falta. Sería el colmo que los vecinos se amen y yo ande en época de vacas
flacas: es lo peor que te pueden hacer. Supongo que se debe a la ley de la
compensación, o a la teoría de la estadística del ex soltero de Muisne. Según él,
si te ocurre una desgracia, no te ocurrirá otra en los próximos días, por estadística. Entonces tienes una especie de licencia para jugar con fuego: puedes
drogarte, beber como imbécil, tirar sin condón... abusar de tu suerte, que te
debe puntos. Entonces si no tienes trabajo ni casa ni comida, es "poco probable" que falles en el amor: ¡ya sería el colmo!...
Pero miento. Tampoco tengo amor. Si, ¡es el colmo!. Lo que tengo es una colección de sombras. Parece que amo lo que está
lejos. Yo te prefiero fuera de foco.
Las manzanas prohibidas, ch ch… es decir, soy mal llevada, porque para amar es
preciso espiarte, si no no hay chiste.Uno es ninguno. La hidre intime que llevo dentro saca sus dientes. Es inevitable amar
el vértigo. Y el vacío provoca más vacío y quizá esto se deba a estar pobre de espíritu. “La falta sólo la
puedes llenar tú”, dice mi mamá, mi profesor, el libro de autoayuda, el
programa del Dr. Albuja… Pero cuando pienso en esto me entran ganas de tomar una
cerveza bien fría para no pensarlo más. Y lo hago, y esta hace que necesite
otra cerveza fría. Y un tabaco. Y así termino en la zona
en un desfile de batracios entrando al aguijón a ver a las Suripantas Sangrientas.
Ya pues, mucha huevada también, esta ciudad necesita un poco de rock sangriento
que levante muertos y arrastre con la impavidez franciscana. Las chicas
telúricas destruyen todo. Arrasan con todo. Huracanes y más huracanes a la vena,
love you caramelo súper-hiper-ácido…
Tomo un ron en la barra y
después un tequilla y después una cerveza. Y no he llenado la falta.
La falta es eso que te falta
cuando no te falta nada. Es decir, parece que te acostumbras a desear. Tener
hambre, querer chocolate, querer a una persona, es parte de la integridad del ser. Paradójicamente,
el deseo es parte de la integridad.
Entonces, cuando muere la falta, algo falta. Y empiezas a sufrir. A
sufrir por no desear. Y recurres al autogol para volver a tener sed. Y no puedes dejar de buscar tu alma: lo haces a través del alcohol, de la noche, de la droga, de las letras. Buscas tu alma y arriesgas la piel (porque estás ciega y no sabes que el alma es la piel)....
Por esto de la falta es que
buscas algo imperfecto. Algo que no te satisfaga: eres
adicta al deseo. Por esto de la falta es que yo me enamoro de gays. Soy, como
quien dice, un imán de homosexuales. Amar lo que jamás podrá amarte: enfermedad pura y dura.
El tipo de “hombre” que me
atrae tiene un “algo” que no sé qué es, algo misterioso, callado, oscuro…. me atrae un ser que no es guapo ni fuerte, tampoco es precisamente una
lumbrera, pero ese “hombre” tiene “algo”… pues ¿sabes qué es ese algo? resulta
que ese “misterio” es simplemente el halo que cubre su irrevocable
homosexualidad…
El tipo de hombre que me
atrae se caracteriza por no ser hombre, sino menestra, badea, sopa… se le cuartea el tumbado, se le caen las
compras, le gusta el tallarín sin sopa, el arroz con chancho.
No los culpo. No son ellos, soy yo. Que quede claro que no soy homofóbica, sólo una heterosexual que gusta de homosexuales. No, ni siquiera de homosexuales, sino de una especie híbrida que no llega a ser gay ni hétero, que no llega a ser nada porque no tiene el valor de amar lo que desea, individuos que construyen una pequeña civilización en un clóset en el que no entra nadie más que ellos . Egoísmo puro. Tampoco los culpo. Cada uno tiene sus huevadas, por supuesto yo también tengo las mías, y la más grande es precisamente esta: elegirlos a ellos. No me culpo. Estos chicos son la presa perfecta para adictos a peras salidas del olmo, pues en su ausencia (que sucede la mayor parte del tiempo) puedes imaginar lo que te da la gana, crear algo que será siempre perfecto... porque no existe.
Por supuesto, el Dr. Albuja no llamaría amor a esto.
Pero ¿qué hago, si prefiero la huella?....
Es más fácil así,
enamorarse de la ausencia… porque es ahí cuando puedes volar construyendo
infiernos… además: la falta hace que
extrañes eso que en realidad no existe. La sombra te recuerda al cuerpo,
pero el cuerpo no quiere otra cosa que la sombra. Prefiero dormir
pensando en nosotros dos que dormir con vos… El ser humano está enfermo.
Corrijo: yo estoy enferma. No me puedo pasar la vida comiendo enlatados y
amando sombras.
no está mal tener una colección de sombras mientras aparece el Amor.
ResponderEliminares posible que encuentres muchos gays que deseen compañía femenina, pero no es un viaje fácil, es preferible pasear con una ausencia a tu lado, claro que sí.
Saludos.
Muchos de mis amigos son gays, son lo máximo. En el texto más me refiero a la imposibilidad de llegar al otro. Amar eso que no puede amarte... Pero sí, no está mal una colección de sombras!
ResponderEliminarBienvenido tú!
Salud!