En mi historial de hazañas amorosas he tenido la oportunidad fantástica de conocer a seres únicos. Damas y caballeros, con ustedes, tres personajes entrañables:

Dios había escuchado mi plegaria: Hombre era, moto tenía, eso sí, de su condición sexual no hablemos...
A medida que nuestra relación “progresaba” el señor demostró ciertas anomalías. Miraba con devoción una revista de modas cuando exclamó: “¡Qué guapo está el novio de la Estéfani Espín!”. Al escucharlo me quedé seca y, acto seguido, me culpé: ¡No seas prejuiciosa! ¿Qué los hombres no tienen libertad?, por favor, hay que ser open mind. Sin embargo, más tarde me confesó que tenía una planta de flores llamada "Michi". Se arreglaba más que yo, jamás se perdía Glee y se le iban los ojos cuando pasaba un muchacho bien puesto. Decidí no tapar el sol con un dedo y aceptar que el sujeto se inclinaba más al duo "Adán y Esteban".
Que quede claro que no tengo ningún problema con los gays. El problema es el contrario: parece que me gustan demasiado.
¿Será que el pastor Zavala puede ayudarme? Ahora que lo pienso debe tener mucho tiempo libre.
La próxima vez que le pida un hombre a Dios, haré una aclaración: Dios, si de verdad existes, compruébalo enviándome un hombre HETEROSEXUAL en moto (la moto era bacán)


Por último asomó el optimista. El joven me invitó un trago y empezó presentándose de manera alentadora: “Ya sé que no soy un hombre atractivo... Tampoco soy una lumbrera...” No sabía venderse. O no tenía la mínima intención de hacerlo. Tenía ganas de decirle “¡miénteme, por favor, al menos al menos miénteme!” Pero qué me iba a mentir. Si algo bueno tenía es que era sincero. Y eso era malo. “Soy un mediocre”, decía mientras me ensañaba las fotos de un negocio de cepillos de dientes que tenía y que, por supuesto, había quebrado. Estaba “depre” ya veinte años. Y pensaba que estaba gordo. Pasados dos tragos, el hombre adquirió la habilidad para envolverme en su oscuro universo. Empezó a hablar por dos: ·"Qué mal estamos, alguien debería martnos..." Dijo.... Luego de cogerme de Suso y descargar todos sus traumas al fin dijo: "¿Sabes? Es raro... Me siento liberado, me siento súper ligero" Claro que se sentía así. La que sentía mal era yo. Me había bajado la presión y quería salir corriendo a pedirle al guardia que me dé disparando....
(Diners)
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