"La juventud es una estafa"
-Roberto Bolaño
Volver a la arena caliente que trazó mapas en el aire. A la brisa que trajo la nostalgia de amores futuros. Al techo en el que fumamos por pimera vez mientras nos bañamos en lluvia caliente: había sido recobrada la eternidad. Ahora agoniza en un cajón húmedo, al lado de libros que también mintieron tierras fantásticas, espejos que deliraron viajes, mañanas que susurraron príncipes.
Hoy los Dioses me miran congelados dese páginas lejanas con olor a naftalina, esos dioses que inventamos en borracheras absurdas, los únicos a los que pudimos rezar, los mismos en los que creyeron los abuelos que algún día también fueron inmoratles. La sangre derramada refleja las caricias que alucinaba el verano en Manglaralto, los besos muertos salidos de un casette de los Rolling Stones, los compaces que escuchaba mientras te extrañaba y todavía no te conocía....
Los ríos negros en los labios con peces, el mar de Santa Cruz que destellaba espuma prometiendo encuentros ¡Y las estrellas! fantasmas brillantes que ya no son, que fugaces sonrieron ofreciéndome el abismo... Cómo si se pudiera confiar en una estrella, en algo que cuando miras ya no existe, en una ilusión tan descarada.... El desierto de lo real es árido y el minutero me clava una daga en los dientes, me desliso en jardines blancos con rosas muertas en vasos de vidrio, en muñecas con el pelo seco y restos de esmalte en la cara, rompecabezas insoportables, cortinas asesinas en las que fingía mi muerte a los siete años. Enotnces regreso y descubro que la tormenta de arena no ha acabado. Y ese espacio que alguna vez fue luz ahora es vacío: ha pasado de ser átomo a ser nada... Y yo busco su sombra intentando inventar la niebla con los dedos pero ya no hay eco: cuando muere la la huella también mueren los ojos. ¿Por qué el sol lo deformó todo con su luz malévola? La pureza de esa niña que resucita en las resacas destruye el mundo. Y el ángel, es tan bello que duele, hiere con sus alas blancas los tejidos del tiempo. Entonces me voy dos veces, me escapo gritando a los sordos en puertos lejanos mientras me veo partir en barcos fantasmas.
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