Fuimos peces y después fuimos dinosaurios. Fuimos monos, hombres, Planetas. Sangre, sexo, cielo. Libros que no leímo...

miércoles, 18 de junio de 2014

Rebeldes que no se despeinan (Hipsteria colectiva)





La palabra cool me retuerce el espíritu. Un quiteño "cool" hace publicidad y se siente Coppola. Jala coca en los baños de los bares y se siente Tony Montana. Usa twitter, no Facebook. Intercala la camiseta amarilla de los Sex Pistols con la de Los Ramones. Usa lentes enormes aunque no tiene miopía. Conoce las calles de Nueva York mejor que las de su barrio. Sabe el color del calzoncillo del baterista de su banda favorita (tiene una nueva cada semana). Va todos los años peregrinando hacia el festival Lolapalooza. Aunque puede comprarse Converse, usa Venus. Rompe con la moda, pero siempre está a la moda. Es rebelde, pero no se despeina.  Según el diccionario "cool" es un rebelede con éxito. ¡Qué oxímoron!¿Decir rebelde con éxito no es lo mismo que decir cigarrillo electrónico, carne vegetariana o rock cristiano?.


El saxofonista negro Lester Young fue el primero en decir “I am cool”, refiriéndose a “estar relajado en un determinado ambiente, con la situación bajo control”. A pesar de transgredir (o querer transgredir), el cool mantiene el control. Por otro lado, es interesante el vínculo del término cool a la comercialización de la cultura negra. “Para muchas supermarcas perseguir lo cool significa simplemente perseguir la cultura negra. Tal es la razón de que la primera parada de los cazadores de lo cool fueran las calles de los barrios más pobres de Estados Unidos donde los chicos juegan al beisbol”, dice Phil Spur, director de marketing de “Pepe Jeans”, en una entrevista hecha por Naomi Klein para el libro “No Logo”.


El diseñador Christian Lacroix dijo en Vogue: “Es terrible decirlo, pero a menudo los mejor vestidos son los más pobres”. Los empresarios de la moda nos dicen qué desear y son los verdaderos artistas, que, en silencio, transforman la ambigüedad en marca. Se apropian de la miseria y la convierten en moda. Se apropian de la libertad y la venden.  A quienes tengan dinero para comprarla, claro. Quizá por eso un cool es necesariamente aniñado, es decir,   apto para comprar y vender. Un cool es un blanco que se viste de negro. Un aniñado que se viste de gamín. Un empresario exitoso que se viste de perdedor. Un chico popular que se viste de nerd (o geek, más cool llamarlo así). Adidas sacó su versión del “gamín”. Tommy Hilfiger su versión del hip-hop marginal. American Apparel su versión del “hipster”. Para toda penuria hay una marca. El sufrimiento del cantante Kurt Cobain años más tarde terminó reducido a la palabra “emo”, que vende dolor haciéndolo pasar por cool. Cool es una suerte de sublimación de aquello que jamás ha sido aceptado. Ponerle marca a lo no aceptado, a lo freak, a lo mínimo, a lo “pasado de moda”. Ponerle un sello a la diferencia y, paradójicamente, normalizarla, banalizarla. Quitarle su belleza original y venderla. Los empresarios sospechan que en la minoría hay una fuerza latente peligrosa y, antes de que explote y de que sea una voz, la compran. Después la venden. Y nosotros la compramos. 


 
Me encantaría llegar en “combinación” a una reunión de publicistas, pero seguro los “cazadores de lo cool” me atraparían y al otro día sufriría espasmos viendo a los aniñados dar pasitos con mi atuendo. La marca no perdona. No deja un espacio libre. Nos venden rebeldía en lata. Y la consumimos. Y nos da placer. Yo no me escapo. También soy cool. Todos somos cool. ¿Cuál es la salida? ¿Quemar las marcas y dar la guerra que tanto les excita a los empresarios de la moda? Quizás hacer como Andy Warhol y Susan Sontag y crear una obra de arte con plástico. Tomar Coca-Cola y usar Converse quizás sea más rebelde que pretender no hacerlo.


Jack Kerouac describió a los hipsters como personas “de una especial espiritualidad”. Sin embargo, muchos de ellos hoy son lo contrario: la apariencia y no la esencia. Quizá vaya por ahí. Buscar la luz, la piel que está bajo la marca, pero, ¿habrá algo más allá?, ¿o será que en estos tiempos posmodernos nuestra piel ya es marca?.

(Diners)

4 comentarios:

  1. "tomar coca cola y usar converse quizás sea mas rebelde que pretender no hacerlo..." por qué? donde podría está la rebeldía en tomar coca cola? es rebeldía no será como la de calle 13 diciendo a cuatro viento "adidas no me usa, yo uso adidas"? y mortificada en un meme donde varios empresarios ríen a carcajadas oyendo al pseudo rebelde cantar esto con fruición?

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  2. http://www.playgroundmag.net/musica/noticias-musica/actualidad-musical/cuando-la-ropa-y-la-musica-fueron-armas-politicas-16906

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