Fuimos peces y después fuimos dinosaurios. Fuimos monos, hombres, Planetas. Sangre, sexo, cielo. Libros que no leímo...

sábado, 28 de mayo de 2011

Patética confesión de domingo

La luz de los focos ahorradores es realmente deprimente (sobretodo en domingo).
Los fantasmas del chuchaqui conspiran. No hay a dónde escapar y tampoco hay internet. Auch. Quito se vuelve una pesadilla lenta.
A los siete años me fui un tren.  Parece que no fuera yo y que me despido, y quiero llorar, llorar porque ya no soy yo, porque me fui en ese tren y nunca volví, porque no he dejado de ahogarme desde que tengo siete años, ahogarme en una piscina azul que a veces se vuelve verde, que a veces se vuelve un lago verde profundo, aterrador.

PD: Yo trato de dejarme y amarme y despedirme y darme la bienvenida. Trato de ser otra pero es imposible (mi sombra me persigue) 

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